Queridos amigos,
Les escribo para darles un informe desde San Marcos, Guatemala acerca de nuestras actividades en medio de la pandemia de coronavirus. Guatemala ha estado en varias etapas de toque de queda y confinamiento en casa. Los casos de COVID-19 continuan en aumento en todos los departamentos, los números reales no se conocen porque la disponibilidad del test es limitada. Los hospitales nacionales de la capital no están aceptando más pacientes ya que las unidades de cuidado crítico están llenas. Por el momento el único tratamiento pareciera ser cuarentena. Las ciudades del interior de la república están razonablemente abastecidas de comida, sin embargo las áreas rurales que comprenden el 90% de la población están en serios problemas. La mayoría de las aldeas se han auto-aislado, y los pueblos alejados de las municipalidades están sufriendo de falta de acceso a víveres esenciales. La falta de trasporte a los mercados es un gran problema, como lo es la falta de transporte público, eso ha resultado en un desempleo masivo.
En cuanto a nuestros programas, el programa de rehabilitación se encuentra suspendido. Las jornadas médicas también se han suspendido, lo cual es desafortunado ya que muchos de nuestros pacientes en rehabilitación tienen problemas quirúrgicos que necesitan atención inmediata.
Como están enterados, antes de que empezara la cuarentena recibimos una donación generosa, de alimentos terapéuticos lista para consumir (ATLC) por parte de un donador anónimo y de Edesia. Los ATLC se usan para tratar la desnutrición aguda, sin embargo la pandemia nos ha obligado a utilizar el producto para salvar a las familias del efecto secundario más grave del coronavirus: EL HAMBRE. La directiva de MHI aprobó $10,000 para comprar víveres y aliviar temporalmente a familias de extrema pobreza en San Miguel Ixtahuacán donde vive la mayoría de los pacientes que atendemos.
Nuestro colaborador local B’ITOL en conjunto con el personal de MHI ha identificado a las familias necesitadas y comprado productos al por mayor con la intención de reducir los precios. En medio de la falta de trasporte y bloqueos de acceso a la población, MHI ha distribuido maíz, frijoles, papas y otros productos de la canasta básica. Nuestro objetivo es ayudar a 200 familias.
Este proyecto va más allá de la misión de MHI, sin embargo consideramos que en tiempos difíciles como los que estamos viviendo estamos justificados a ayudar a las familias más necesitadas. Aunque la cuarentena es difícil para todos, es aún más devastadora para aquellos cuyas condiciones de vida no les da margen para algo peor, poniendo en riesgo las vidas de niños y adultos.
Nosotros sabemos que ustedes, cuyas donaciones hacen posible nuestras actividades, también comparten este sentimiento, y por ello les estamos profundamente agradecidos.
Con el aprecio de siempre,
Bill Ahrens